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Un país que geográficamente recuerda la "Ruta de la Seda", enclavado entre las montañas Tien Shan. Y un recordatorio de los relieves de Kirguistán llegó hoy al Vaticano, entre los obsequios que el presidente del Estado asiático, Sadyr Zhaparov, quiso hacer al Papa Francisco durante la audiencia de esta mañana.

La delegación de Kirguistán se reunió en la Secretaría de Estado

El compromiso urgente por la paz

Francisco y Zhaparov se reunieron temprano en la mañana durante unos 20 minutos y luego, según el protocolo, el encuentro del presidente continuó en la Secretaría de Estado con el cardenal Pietro Parolin y monseñor Paul Richard Gallagher, secretario para las Relaciones con los Estados y las Organizaciones Internacionales. Durante la "cordial conversación", informa la Oficina de Prensa de la Santa Sede, "se pusieron de relieve las buenas relaciones entre la Santa Sede y Kirguistán", en particular en la "colaboración mutua en el ámbito sanitario, educativo y cultural y en algunos aspectos de la vida de la Iglesia local". A continuación, tuvo lugar "un intercambio de opiniones sobre la actualidad internacional, con especial atención a los conflictos en curso y las cuestiones humanitarias, destacando la importancia de un compromiso urgente para la promoción de la paz".

Un momento de intercambio de regalos.

El tradicional intercambio de dones

Además de los botes decorados que contienen miel producida ecológicamente en las montañas del país, el presidente Zhaparov regaló al Papa un cuadro que representa la Basílica de San Pedro realizado con lana de colores y un servicio de té artesanal, elaborado con plata de las minas locales. El Papa Francisco correspondió con una escultura de terracota titulada "Amor y ternura", una copia de un libro de fotografías sobre el Palacio Apostólico y con otro libro que contiene el mensaje para la paz de este año.